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laparty06

SNOWBOARD EL COMIENZO

En mi anterior artículo hablaba sobre el viaje de estudios, y entre que se ha quedado todo un poco entre agua de borrajas entre unas cosa y otras...La verdad es que este invierno e descubierto un deporte que hace dos meses era impensable que pudiera hacerlo, el snowboard y me ha gustado tanto que se me hace irresistible no poder contar mi nueva experiencia y poder enseñar lo poco que he aprendido.

 Todo empezó mas o menos hace un mes durante el puente de la constitución, un grupo de amigos y yo decidimos ir a pasar unos días a Villanua como ya hicimos hace un año. Varios amigos subieron un día a esquiar y decidí con Oscar, otro amigo que tampoco había cogido una tabla en su vida, entre copa y copa la noche anterior que subiríamos al día siguiente a probar la tabla con los esquiadores, el caso es que la mayoría iban con sus esquís menos uno que iba con tabla y nosotros no teníamos más que unos pantalones de nieve, pero a las cinco de la madrugada ya estaba decidido que a las ocho iríamos a las pistas de Astún.

Ni la resaca de la noche anterior ni el frío de la mañana impidieron que cogiéramos nuestro primer telesilla, no sin antes hacer la prueba para saber que pie llevas delante de la tabla y la postura que se debe llevar. Algunos trucos para saber que pie se ha de llevar delante son por ejemplo, el de ponerte unos calcetines y correr por la cocina , parquet, comedor, o alguna superficie resbaladiza. De repente párate y deslízate, el pie que ayas puesto en frente será el que debas poner delante en la tabla, otro truco es el de decirle a algún colega que se ponga detrás de ti y te empuje hacia delante, el pie que apoyes primero será el pie que lleves adelantado en tu tabla. Esto fue prácticamente lo único que aprendimos en todo el día, porque la mayoría del tiempo la pasamos en el suelo, al principio puede parecer desesperante, no haces más que levantarte de una caída y ya estas de nuevo en el suelo, pero son esos momentos cada vez más largos encima de la tabla que te dan fuerza y te enganchan para volver a intentarlo una y otra vez.

La verdad es que te tiene que gustar caerte y volverte a levantar y tener un espíritu de superación alto ya que este deporte no permite fallos.